Crónica del Diálogo “La Constitución, 40 años de democracia”
diciembre 12, 2018

(En la parte inferior encontraréis las imágenes y el vídeo completo del Diálogo)

El Club Tocqueville, en colaboración con la sección de Derecho Constitucional del ICAB y la Cátedra Jean Monnet de la Universidad Autónoma de Barcelona, organizó el 11 de diciembre de 2018 un diálogo para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución española (CE). El acto contó con la participación del ex vicepresidente del Gobierno español Alfonso Guerra, el ex ministro Rafael Arias-Salgado y el ex vicepresidente del Tribunal Constitucional Eugeni Gay. Moderaban la sesión los catedráticos de Derecho Constitucional Teresa Freixes y Josep Maria Castellà, de la UAB y la UB, respectivamente. El diálogo se celebró en el salón de actos del ICAB, con un aforo completo de 300 personas. A pesar del interés mostrado por diversos medios de comunicación y la voluntad del Club de darle al acto la mayor difusión posible, desde el ICAB no se consideró apropiado permitir la presencia de periodistas, dada la controversia que había generado este acto. Antes de iniciarse el coloquio se proyectó un breve video (link) en el que se mostraban algunos de los momentos más significativos de la transición que permitieron, posteriormente, la elaboración de la CE. Entre ellos, la aprobación de la Ley para la Reforma Política, la legalización del partido comunista o la vuelta del President Tarradellas y la restauración de la Generalitat. Todos ellos son ejemplos de reconciliación entre españoles y aunque estamos acostumbrados a la banalización de las palabras, es justo reconocer, como ha recordado el profesor Castellà, que en los años 70 la palabra “reconciliación” adquirió en España todo su significado.Eugeni Gay explicó que la Constitución de 1978 es heredera de la Constitución de 1812, la de Cádiz, cuando “por primera vez los españoles dejamos de ser súbditos y fuimos considerados ciudadanos”. Nuestra actual Constitución permitió que toda una generación respirara aliviada. Rememoró la alegría que se respiraba en Barcelona durante la aprobación de la CE. Rafael Arias-Salgado, por su parte, señaló que la Constitución representó un “enorme esfuerzo para asumir e integrar la diversidad española”. Muestra de dicho esfuerzo son, por ejemplo, el acceso rápido y privilegiado a la autonomía de las regiones con particularidades, la inclusión del término “nacionalidades”, la dimensión pactada de los Estatutos de Autonomía o el artículo 150.2 de la CE, una cláusula que permite la delegación de competencias de titularidad estatal a las Comunidades Autónomas y que deja abierto el modelo territorial español. Arias-Salgado reconoció que él estaba en contra de ese artículo, pero se sometió a la disciplina de voto y votó a favor. Cuando Alfonso Guerra se disponía a hablar, una veintena de asistentes se levantó y de manera coordinada abandonó la sala. El resto de público, la inmensa mayoría, respondió poniéndose en pie y aplaudiendo a los ponentes. Guerra quiso incidir en el carácter pacificador de la CE y admitió que “fue un armisticio, un acta de paz”, “en la Constitución cabíamos todos”. Para Alfonso Guerra la mejor definición de consenso es la lista de renuncias de todas las fuerzas políticas en aras del bien común. Guerra desmintió que durante la redacción de la CE hubiera fuerzas externas que condicionaran el pacto. “Nadie nos impuso nada. El debate fue largo y pesado, pero muy libre.” El ex vicepresidente español también quiso destacar que la CE fue aprobada por una inmensa mayoría de españoles y que, en particular, los catalanes se mostraron entusiasmados con ella, tal y como denota el hecho de que el nivel de apoyo en Cataluña fuera incluso mayor que en el resto del país. “Los problemas de España no derivan de la Constitución, sino de los que no la respetan” argumentó. Alfonso Guerra también insistió en que hay determinadas cuestiones que deben quedar al margen de las votaciones, puesto que ni tan siquiera la mayoría puede decidir sobre la tenencia o no de los derechos civiles de los otros. Al finalizar el acto Arias-Salgado enfatizó que “sin el respeto a la ley, sólo nos queda la selva y no somos civilización” y que “el cumplimiento de la ley es inexcusable”, pero dentro de sus cauces debe poder hablarse de todo. Guerra, finalmente, exhortó a los asistentes a no rebajar la importancia de la CE, a no dejarse abandonar por complejos de inferioridad y a asumir que la democracia tiene armas con las que defenderse y no podemos vacilar en su implementación. “Los demócratas tenemos derecho a exigir coerción para salvar la democracia”.  

La catedrática Teresa Freixes concluyó el acto deseando larga vida al constitucionalismo en España.

NÚRIA GONZÁLEZ CAMPAÑÁ, Doctoranda en Derecho de la UE (Universidad de Oxford). Miembro de la Junta del Club Tocqueville.

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